¿Cómo se origina un volcán?

Artículo basado en el libro: "¿Qué sabemos de...? Los Volcanes" de Joan Martí Molist.

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Si os preguntara por la definición de volcán, estoy convencido que la mayoría (sino la totalidad) seríais capaces de proporcionar cierta información. Me imagino que la mayor parte se centraría en los aspectos morfológicos del mismo, pero os costaría más explicar su funcionamiento preciso, o el proceso que lo origina. Si atendísteis en las clases de geología del instituto, dudo que tengáis problemas con cualquiera de los dos aspectos. La definición concreta de volcán es la siguiente: un punto de la superficie terrestre, donde tiene lugar la salida al exterior de material rocoso fundido o “magma”, proveniente del interior de la Tierra, del manto superior de la corteza terrestre, en la que la acumulación de este material, alrededor del centro emisor, puede generar relieves positivos de diversas formas. En este artículo, nos centraremos en aclarar las posibles dudas que puedan observarse en torno al magma.

Como ya se ha mencionado, el magna es una mezcla de material rocoso fundido que puede mostrar partículas sólidas (minerales y pedazos de roca) así como gases disueltos. La salida del magma a la superficie puede realizarse o bien a través de flujos continuos y tranquilos conocidos como lavas; o bien, de forma violenta y explosiva, originando piroclastos. Los minerales, son sustancias sólidas inorgánicas, con una composición química concreta y una disposición ordenada de sus átomos (por eso suelen formar cristales), las rocas, por otro lado, no son más que mezclas de los diferentes minerales. El magma, al definirlo como un material rocoso, presenta una composición química similar a la de las rocas de las que deriva. Como la mayoría de las rocas del manto y de corteza inferior están constituidas por minerales de la familia de los silicatos, los magmas que derivan de éstas, también tendrán una composición basada en los silicatos. Sin embargo, la composición exacta, dependerá de las condiciones de temperatura y presión (que dependen de la profundidad) a las que se encuentre la roca originaria o el magma antes de salir a la superficie. Y estas condiciones, deberán ser las propicias para permitir el proceso de fusión que forma el magma. Concretamente, estas condiciones se observan en la parte superior del manto, o en la base de la corteza terrestre, donde las circunstancias, habilitan a la roca sólida para sufrir un proceso de descompresión y/o aumento de temperatura que la permitan pasar a fase líquida, convirtiéndose en magma.

Como las rocas están formadas por diferentes minerales (cada uno con su composición química), la fusión de éstas no se originará de forma homogénea, ya que cada mineral tendrá unas condiciones de presión y temperatura distintas, que determinarán el paso de estado sólido a líquido. Por ello, las rocas comenzarán a fundirse a partir de aquellos minerales con una temperatura de fusión más baja, y casi nunca se fundirá la roca por completo, ya que se da una fusión parcial. Por lo general, los líquidos que se generan en esta fusión, son menos densos que los minerales de alrededor, con lo que serán sometidos a una fuerza ascensional o flotabilidad, debido a esa diferencia de densidad con el sólido. A medida que la fusión avanza, el volumen del líquido aumenta, lo que originará que el magma (fundido) se acumule en el techo de la zona de fusión, mientras que en la base, se acumulará la materia sólida (debido a la diferencia de densidades). Cuando el volumen sea los suficientemente grande, este podrá separarse de la zona de fusión, y ascender hacia zonas más superficiales en forma de diapiro (bolsa de magma que asciende en forma de gota), si las rocas de alrededor pueden deformarse plásticamente; mientras que si las rocas de alrededor son rígidas (reducida plasticidad), ascenderán por las fracturas formando diques. En muchas ocasiones, el magma asciende inicialmente en forma de diapiro debido a la plasticidad de las rocas de mayor profundidad, y luego lo hace en forma de diques a través de las rocas superficiales más frágiles y menos plásticas. Es decir, debido a la diferencia de densidad, el magma asciende bien por la deformación plástica, o bien por la fracturación de la roca encajante donde se sitúa. Cuando este ascenso se origina de forma lenta, el magma se enfría, su viscosidad aumenta (dificultando su avance) y finalmente se solidifica sin salir a superficie. Pero si la diferencia de presiones es lo suficientemente grande, el magma alcanza sin dificultades la superficie, originando una erupción volcánica. En otros casos, el magma podrá detenerse en una zona media, formando una cámara magmática y acumulándose. Para que esto ocurra, el equilibrio de fuerzas entre las presiones de la roca sólida encajante (la roca de alrededor), y la fuerza ascensional de la flotabilidad (debido a la diferencia de densidades) deben encontrarse en equilibrio, de forma que el magma alcance una situación de densidad neutra, donde la densidad del magma y de la roca encajante será la misma. De este modo, se acumulará el magma en un depósito conocido como cámara magmática, que se encuentra alejado de la zona de fusión.

Por lo tanto, existen tres posibilidades, un ascenso lento que acaba pronto con el proceso intrusivo ya que el magma se solidifica (sin salida de magma a la superficie), un ascenso rápido que provocará las erupciones volcánicas y un ascenso medio que favorecerá la formación de la cámara magmática. Estos, a grandes rasgos, son los caminos que puede recorrer el magma bajo nuestros pies, y como veis, no todos acaban formando un volcán.

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