¿Cuánta desigualdad hay en el mundo?
Artículo basado en el libro: "El viaje de la humanidad: el Big Bang de las civilizaciones, el misterio del crecimiento y la desigualdad" de Oded Galor.
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En los últimos años, decenas e incluso centenares de embarcaciones con una seguridad cuestionable (más bien deplorable), han cruzado el Mediterráneo desde África hasta Europa; solo en 2015 más de un millón de personas realizó este trayecto. En estas travesías han perdido la vida miles de personas, y aun así, las cifras de emigrantes no dejan de aumentar con el paso de los años. Este éxodo masivo (en ocasiones obligado) lleno de desesperación, en donde la gente no abandona solo su patria, sino su familia, sus amigos y una cuantiosa suma de dinero (las mafias de tráfico de personas se nutren con abundantes honorarios por su labor), es el resultado de la enorme desigualdad existente entre el Norte global y el Sur global.
Esta desigualdad se manifiesta de formas muy diversas, pero es casi imposible concebirla para aquellos que viven en uno de los extremos de la brecha. Para comprender la dimensión de los hechos analizaremos algunos datos de hace unos años. En 2017, la esperanza de vida de los países más desarrollados oscilaba entorno a los 80 años, mientras que la mortalidad infantil, era inferior a 5 muertes por cada 1.000 nacimientos (0,5%). En estas naciones prácticamente toda la población disponía de electricidad, y un porcentaje elevado tenía conexión a internet. Del mismo modo, el índice de desnutrición en este Norte global era del 2,5%. En cambio, si atendemos a los países menos desarrollados, la esperanza de vida era inferior a los 62 años, la tasa de mortalidad infantil superaba las 70 muertes por cada 1.000 nacimientos (7%), menos del 47% de la población disponía de acceso a electricidad, un 0,1% tenía conexión a internet y el índice de desnutrición era del 19,4%. Estos datos reflejan la preocupante existencia de dos mundos paralelos, pero no son más que números, y lo más probable es que los lectores ni siquiera hayan reflexionado sobre la atrocidad que representan, estoy hablando de 2017 no de hace 200 años.
Igualmente preocupante, es la desigualdad que muestran grupos sociales, étnicos o raciales dentro de las mismas sociedades. En 2019, en el país más rico del mundo (EE.UU), la esperanza de vida de los afroamericanos era de 74,7 años, mientras que la de los caucásicos era de 78,8; la tasa de mortalidad infantil por cada 1.000 nacimientos era de 4,6 para los blancos y de 10,8 para los afroamericanos; y el 26,1% de los afroamericanos tenía un título universitario, frente al 41,1% de los caucásicos. Estos datos demuestran que emigrar a un país desarrollado (con esto no quiero decir que los afroamericanos estadounidenses sean emigrantes) no garantiza alcanzar las cotas de bienestar que muestran las mayorías de esos países; y aun así, millones de personas arriesgan su vida tratando de llegar a estas naciones desarrolladas. ¿Cuáles son los factores que generan estas desigualdades y originan estos dos mundos paralelos en la Tierra? la verdad es que la lista es muy extensa, pero analizaremos algunos factores de importancia.


Dentro de la capa más superficial de esta desigualdad, podemos encontrar las diferencias de la renta per cápita entre las naciones, que lógicamente es superior en los países desarrollados que en los no desarrollados. El término “en vías de desarrollo” es un simple eufemismo que tranquiliza la moral occidental, por lo que será utilizado en este artículo. Pero, ¿por qué los ciudadanos de algunos países ganan más que los de los otros? La causa es multifactorial, pero un factor determinante es la productividad laboral. Es decir, la cantidad o calidad de los bienes y servicios producidos por hora trabajada, será la definición que emplearemos para tratar el concepto. En los países desarrollados, cada hora de trabajo produce más y mejores bienes y servicios si la comparamos con la hora de trabajo de un país no desarrollado. Un ejemplo claro de ello lo podemos observar en la productividad agrícola. En 2018 en EE.UU. la productividad agrícola de un trabajador era 147 veces superior a la de un trabajador agrícola de Etiopía, 90 veces la de uno de Uganda, 77 veces la de uno de Kenia, 46 veces la de uno de la India, 48 veces la de uno de Bolivia y 22 veces mayor que la de un trabajador agrícola en China, que en 2018 ya era una potencia económica mundial. No se sí el lector será capaz de comprender la magnitud de estas cifras, para obtener la cantidad de alimentos que produce un agricultor estadounidense, son necesarios 147 trabajadores en Etiopía ¡147! La pregunta es, ¿por qué los agricultores estadounidenses son mucho más productivos que los de otros países?
Si el lector es mínimamente inteligente, habrá llegado a la conclusión que tales monstruosas diferencias se fundamentan en la tecnología, aunque menos evidente son los factores de educación y formación de los agricultores. Mientras que los agricultores de, por ejemplo, el África subsahariana emplean arados tirados por bueyes y las semillas de la cosecha anterior, los estadounidenses emplean tractores y cosechadoras de última tecnología, muestran una mejor formación, pueden recurrir a semillas modificadas genéticamente, al uso de fertilizantes, herbicidas, pesticidas, transporte refrigerado… todo ello, por lo general ausente en las naciones menos desarrolladas. Aun así, estas causas no arrojan luz sobre el origen real de las disparidades, ya que podríamos hacernos la pregunta ¿por qué los procesos de producción de unos países se benefician del desarrollo tecnológico y otros no? Esta pregunta será respondida en otra ocasión, o el lector siempre puede recurrir al libro de Oded Galor que representa la fuente de este artículo.
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