Explosiones, evolución y el complejo de Edipo

Artículo basado en el libro: "El relojero ciego: porque la evolución de la vida no necesita ningún creador" de Richard Dawkins.

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Cuando pensamos en el concepto de explosión, ¿Cuál consideras que es la característica más intrínseca de este concepto? Es posible que un ingeniero te respondería que es la “retroalimentación positiva”, pero, ¿esto qué es? Bien, para poder comprender esta idea, analicemos el caso contrario, la retroalimentación negativa. Ésta, representa un mecanismo de control de un sistema, en donde la salida o producto de ese sistema, atenúa o reduce el cambio que haya ocurrido en el propio sistema. Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo con nuestro propio cuerpo: cuando comemos (sobre todo alimentos ricos en carbohidratos) nuestros nivel de glucosa en sangre aumenta, esto provoca que el páncreas segregue insulina, que facilita la absorción de glucosa por parte de las células, y por lo tanto originará una reducción del nivel de glucosa en sangre. Es decir, la presencia de la glucosa en la sangre, genera una retroalimentación negativa, que regula (reduciendo) la concentración de la misma. Sintetizando, la retroalimentación negativa es un mecanismo para regular y atenuar los efectos que se desencadenan en un sistema. Ahora imagina el caso contrario, que la presencia de glucosa en sangre, estimule por la acción de una hormona imaginaria, la liberación de glucosa, por lo tanto habrá más glucosa en sangre, con lo que se liberará aún más glucosa y así sucesivamente hasta que el sistema no pueda soportar mayor cantidad de glucosa y colapse. Esta idea, demuestra bastante bien la retroalimentación positiva que se suele asociar con las explosiones. Como se observa, estos procesos de retroalimentación positiva, son inestables y descontrolados, ya que cualquier perturbación inicial (aumentar ligeramente la cantidad de glucosa sanguínea) desemboca en una espiral descontrolada que amplifica exponencialmente los efectos de esa perturbación inicial. Aun así, no siempre se generan aumentos descontrolados, sino que puede provocar descensos incontrolados, como puede ocurrir en una sala de conferencias. En estas salas, a medida que el conferenciante se dispone a impartir su discurso, el nivel de murmullos sufre fluctuaciones aleatorias, si se origina una variación hacia un menor volumen de la conversación, ciertos individuos se percatarán de ello, y reducirán así mismo el volumen. Esto, originará que otras personas vayan disminuyendo el volumen hasta alcanzar el silencio absoluto gracias a la retroalimentación positiva. Sin embargo, los efectos más sorprendentes de este tipo de regulación se observan cuando sus efectos son amplificadores.

Las explosiones nucleares, gente furiosa perdiendo los estribos, una pelea en un bar, una escalada de violencia entre dos potencias militares… son algunos de los múltiples ejemplos que podemos encontrar a nuestro alrededor basados en la amplificación de la retroalimentación positiva. Pero sin duda, el ámbito donde esta retroalimentación resulta más fascinante, es la evolución. Uno de los ejemplos más representativos, se encuentra en la cola de los pavos reales. Es sobradamente conocido, que la función de esta cola es la selección sexual por parte de la hembra, bien porque se trata de una señal de fuerza, o bien de salud (se cree que está relacionada con un buen sistema inmune). Las grandes y coloridas colas, son seleccionadas por las hembras como parejas sexuales, por lo que sus descendientes machos tendrán colas grandes y coloridas. Es decir, el desarrollo desmedido del plumaje caudal del macho, y la preferencia sexual que las hembras desarrollan por éste, deben de avanzar juntos en la evolución, lo cual provocará que con el tiempo, el tamaño del plumaje se incremente. Al igual que con el pavo real, son múltiples los ejemplos de animales (en especial aves) en los que se puede observar una retroalimentación positiva originada por la selección sexual. La preferencia de las hembras por un u otro macho, es uno de los principales motores de la evolución (tras la selección natural), y si esta preferencia se centra en un determinado carácter, éste será promovido y amplificado de una forma explosiva.

Otro de los ejemplos de esta retroalimentación positiva explosiva, se centra en el pájaro africano de cola larga, conocido como “viuda”. Esta ave, en el caso de los machos, a pesar de tener el aspecto y tamaño similar a un gorrión, muestra una cola de más de 45 cm durante la época de reproducción. El tamaño desmedido y desproporcionado de su cola, no ha podido ser seleccionado como carácter para una mejor adaptación al medio, ya que resulta tan molesta, que le impide emprender el vuelo con el tiempo húmedo. Por lo tanto, este carácter ha debido ser escogido por selección sexual; es decir, se trata de una característica que resulta atractiva a las hembras, por lo que los machos con colas más largas tendrán más opciones de reproducción y más descendencia, lo cual originará que el carácter cola larga, se extienda en la población. A partir de este dato, podemos deducir que las poblaciones ancestrales de este pájaro, mostrarían una cola más funcional, y por lo tanto, de menor tamaño. En estas poblaciones ancestrales (al igual que en cualquier población) el tamaño de la cola tendría un valor medio, pero existirían individuos que se desviarían de esa media con colas más cortas y más largas (al igual que hay personas más altas y más bajas). Por otro lado, estos machos suelen atraer a una harén de unas 6 hembras, lo que provoca que existan machos que no se reproducen; es decir, los machos tienen mucho que ganar si resultan atractivos a las hembras, mientras que las hembras siempre van a estar demandadas. Como las hembras se aparearán con mayor frecuencia con machos de colas más largas, este carácter tenderá a aumentar dentro de la población. Pero, ¿Cuál es el motivo de que las hembras escojan las colas largas?

Al igual que la mayoría de las conductas animales, la preferencia femenina está condicionada por los genes de la hembra (en el caso del ser humano y otros animales sociales también hay una importante influencia de la cultura y la educación en su conducta). Aquí, aparece el punto clave de este artículo, aunque estos genes que determinan la preferencia femenina, solo se expresan en las hembras, los machos, también son portadores de esos mismos genes, aunque en su caso, no se expresan. Lo mismo ocurre con los genes encargados de generar una cola larga, que aunque solo se expresan en los machos, las hembras también son portadoras. Por ello, si pudiéramos analizar los genes que controlan la longitud de la cola de un macho, si éste muestra una cola larga, al analizar los genes que controlan la preferencia femenina, observaríamos genes (no expresados) que muestran una preferencia por las colas largas. Esto es lógico, ya que el macho en cuestión, presentara los genes de su padre que le proporcionan una cola larga, y además mostrará los genes de su madre, que al aparearse con un macho de cola larga, tendrá genes con preferencia por esta cola. Por otro lado, si observamos los genes, de un macho con cola corta, encontraríamos, los genes de preferencia femenina por la cola corta que portaría su madre. Es decir, dentro de un macho existen genes de preferencia (heredados de la madre) por aquellas características que mostraba su padre, y por lo tanto, muy probablemente también muestre el mismo. No se si el lector es capaz de observar la analogía inversa con el complejo de Edipo y el de Electra.

El complejo de Edipo y el complejo de Electra, son supuestos teóricos no demostrados con evidencias científicas, que explican una posible atracción emocional y sexual de los niños por parte del progenitor del sexo opuesto. Atendiendo a la hipótesis antes mencionada, un niño, se sentirá “atraído” por su madre, en cuanto a que posee los genes de preferencia de su padre, y por lo tanto, al igual que su progenitor masculino, se sentirá seducido por hembras que muestran caracteres semejantes a los de su madre. Del mismo modo, una niña, se sentirá “atraída” por su padre, en cuanto a que presenta los genes de preferencia de su madre, y por ello, mostrará interés por los machos que comparten características con su progenitor masculino. A pesar de que estos datos puedan parecer pruebas de la veracidad de los complejos de Edipo y Electra, lo cierto es que se basan en una visión muy reduccionista. La genética (y más la genética relacionada con el comportamiento) siempre que relaciona una característica (fenotipo) no lo hace con un gen, sino con multitud de ellos. Además, en el caso de actitudes comportamentales, la influencia del ambiente es muy superior que al analizar características físicas, por eso no podemos tomar esta información al pie de la letra, sino que debería ser tratada como una curiosa anécdota evolutiva.

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