Los Récord Guinness de la longevidad animal

Artículo basado en el libro: "La medusa inmortal: Todo lo que hay que saber para vivir más años" de Nicklas Brendborg.

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Cuando hablamos de longevidad animal, a todos se nos viene a la memoria una anciana tortuga, con su lenta marcha y pausados movimientos; sin embargo, si nos centramos en los vertebrados, hay uno que supera con creces a nuestro querido reptil, y se trata del tiburón de Groenlandia o tiburón boreal. Este pez cartilaginoso, con un nombre científico que tiene la poética traducción de “el sonámbulo del cerebro diminuto” (Somniosus microcephalus), mide unos 6 metros y puede vivir la escalofriante cifra de 400 años; es decir, varios individuos de esta especie, eran más longevos que cualquier ser humano cuando se fundó Estados Unidos. A pesar de su gran esperanza de vida, su trayectoria vital no es tan apacible como pueda parecer, ya que al igual que todos los organismos, es susceptible de ser víctima del parasitismo; concretamente, muestra unos parásitos bioluminiscentes que infectan sus ojos, y lo acabarán dejando ciego.

Este tiburón, aunque sea un vertebrado como nosotros, representa de las clases más alejadas evolutivamente del ser humano, los peces. Por ello, si queremos observar los récords de longevidad de animales evolutivamente más próximos a nosotros, deberíamos centrarnos en los de nuestra propia clase, los mamíferos. Por suerte, para encontrar el mamífero con la mayor esperanza de vida, no es necesario alejarse mucho del hábitat del tiburón de Groenlandia, ya que lo comparte con él. Se trata de la ballena de Groenlandia o la ballena cabeza de arco, que alcanza la colosal envergadura de 20 metros y puede alcanzar hasta los 200 años de vida. Parece que un gran tamaño y un clima frío son características esenciales para alcanzar una longevidad extraordinaria.

Aunque estas cifras puedan parecer asombrosas, si nos alejamos en el árbol de la evolución podemos encontrar números increíbles. Estoy hablando de los otros organismos que nos vienen a la memoria al pensar en longevidad, se trata ni más ni menos que de los árboles. Todos conocemos la vasta esperanza de vida que muestra diversas especies de árbol, pero ¿cuál es la más longeva y cuánto puede vivir? Antes de responder a esta pregunta, debemos tener en cuenta que los árboles no envejecen como nosotros, ya que a medida que pasan los años, su riesgo de muerte no se incrementa. Por otro lado, en nuestro caso, el paso del tiempo aumenta de forma exponencial la probabilidad de morir. En los árboles, el tiempo los hace más fuertes y más resistentes, hasta que son tan altos, que los abate un rayo en una tormenta. Esto quiere decir que puede haber árboles muy viejos, destacando el ejemplar de pino (Pinus longaeva) llamado Matusalén (como el personaje bíblico) ubicado en un lugar secreto de las Montañas Blancas de California. Este espécimen tiene la friolera edad de 5.000 años, o lo que es lo mismo, cuando brotó aún había mamuts recorriendo las estepas siberianas.

Como ya he mencionado, los árboles no envejecen de la misma forma que nosotros, pero incluso en el reino animal existen casos de envejecimiento anómalo desde nuestra perspectiva. Estoy hablando de una estrategia reproductiva denominada semelparidad, en la que las especies que la practican únicamente se reproducen una vez, y mueren poco después. Los ejemplos más característicos son el salmón del pacífico, que como todos hemos visto alguna vez en un documental de animales, sólo desovan en los arroyos en los que nacieron. Por ello, al alcanzar la madurez sexual, deben remontar un río a contracorriente. Para realizar esta épica hazaña, el salmón acumula en su cuerpo cortisol (hormona del estrés), deja de alimentarse y tras el desove, entra en un estado terminal en declive hasta que muere. El otro ejemplo característico, es el pulpo, en el que cuando la hembra pone los huevos, se le cierra la boca y se dedica exclusivamente al cuidado de su futura progenie, en cuanto los huevos eclosionan, la madre muere al de pocos días.

Por el contrario, hay otros animales que no envejecen, como es el caso de las langostas, que ni se debilitan, ni dejan de ser fértiles; sino que siguen creciendo a lo largo de toda la vida. Esto no quiere decir que sean inmortales, ya que tarde o temprano serán víctimas de pescadores, depredadores o alguna enfermedad. En el caso de que logren evitar todo estas adversidades, acaban muriendo por problemas físicos derivados de su elevado tamaño. Sin embargo, el mejor truco antienvejecimiento, se lo lleva la pequeña medusa Turritopsis nutricola. Este organismo, no es inmortal como tal, pero presenta un ciclo de vida que puede repetir de forma indefinida. Cuando la medusa percibe condiciones ambientales adversas (cambios bruscos de temperatura, falta de alimento…) es capaz de revertir su estado adulto de medusa, volviendo a su estado de pólipo; para entendernos, es como si una mariposa ante las adversidades se volviera a convertir en oruga. Este proceso puede repetirse una y otra vez sin que aparezcan indicadores fisiológicos; sin embargo, al igual que la langosta, esto no significa que sea inmortal, no debemos olvidar que se trata de una pequeña medusa vagando por la inmensidad del océano y tarde o temprano se topará con algún parásito o depredador.

Ciclo vital de las medusas.

Como ya habíamos mencionado con los casos del tiburón y la ballena de Groenlandia, en el caso de los vertebrados, el tamaño puede estar relacionado con la esperanza de vida. Por lo general, los vertebrados de mayor tamaño (elefantes y ballenas) tienden a ser más longevos que los de menor tamaño (roedores). La razón de ello, a priori resulta obvia, cuando mayor es tu tamaño, menor es el número de tus depredadores, pero hay una causa subyacente. Si no tienes muchos depredadores (o directamente no tienes), puedes llevar una vida más pausada lo que conlleva a una serie de ventajas evolutivas. Por ejemplo, a pesar de la enorme diferencia de esperanza de vida entre un ratón y un elefante (2-3 años y 60-70 años respectivamente), el número de latidos que realizan sus corazones a lo largo de toda su vida, es el mismo, parece que tiene sus beneficios llevar una vida sin estrés. Además, la maduración sexual de las especies como el elefante, puede ser más tardía y suelen tener una menor descendencia, pero con una mayor inversión parental en los limitados descendientes (conocido como estrategia reproductiva K); por el contrario, en el caso de tener un tamaño inferior (ratón), los animales suelen tener más descendencia, pero invierten menos cuidados en ella, por lo que gran parte de la progenie no llega a su estado adulto (estrategia reproductiva R). El número de depredadores, también explica que las aves del mismo tamaño que los mamíferos, tienen una esperanza de vida superior, o que los murciélagos (el único mamífero volador) muestran el triple de esperanza de vida que mamíferos semejantes no alados. Sin embargo, cualquier amante de los perros habrá entrado en contradicción con los argumentos arriba expuestos, ya que entre las “razas” de perro, las más longevas son las de menor tamaño. Esto también ocurre en el resto de animales, ya que dentro de una especie o un género, los individuos de menor tamaño son los que mayar esperanza de vida poseen, como es el caso de un chihuahuas que pueden vivir hasta el doble que un gran danés. Y esto también explica (en cierta medida) la mayor longevidad de las hembras en las diferentes especies en las que muestran un menor tamaño que los machos (como el ser humano), ya que especies como las hienas que no muestran este dimorfismo sexual (ambos géneros son del mismo tamaño) la esperanza de vida es la misma.

Para concluir, hablaremos de la rata topo desnuda, uno de los animales favoritos de los investigadores de la longevidad. Se trata de un roedor muy curioso, no tanto por su carencia de pelo o por sus incisivos desproporcionados que utiliza para cavar túneles, sino por la organización de sus colonias. Estos grupos que suelen oscilar entre unas pocas decenas y unas pocas centenas, poseen una organización eusocial (como las hormigas y las abejas), en la que un solo individuo conocido como reina es capaz de criar, mientras que el resto es estéril (salvo unos pocos machos que son indispensables para la fecundación de la hembra). Aun así, ¿qué tiene que ver esto con la longevidad?, ¿por qué es el animal modelo preferido por los investigadores? La respuesta reside en su anómala esperanza de vida que alcanza los 30 años, a diferencia de sus congéneres los ratones cuyo récord se encuentra en 4 años. Como se conoce con amplio detalle la anatomía y la fisiología de los ratones de laboratorio, la rata topo desnuda resulta de gran utilidad para observar las diferencias que muestran ambas especies, y así determinar los factores de su esperanza de vida elevada. Además, se trata de uno de los pocos organismos estudiados que son inmunes al cáncer, incluso cuando este es inducido de forma artificial. Por el contrario, en el 70% de los ratones de laboratorio se encuentran indicios de cáncer una vez muertos, y por norma general, entre el 20 y el 50% de los individuos de cualquier especie padece cáncer. Por ello, el estudio de este misterioso y escurridizo roedor, puede mostrarnos los entresijos de la enfermedad y permitir desarrollar algún tipo de tratamiento en el futuro.

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